Artículo de Daniel Coronell en Revista Semana http://www.semana.com//opinion/articulo/para-llorar/355805-3
Se ha vuelto un lugar común decir que todos pierden con los paros. La frase
es tan repetida como falsa. Hay unos que ganan –y ganan mucho- cada vez que hay
una protesta. La industria de las llamadas “armas no letales” recibe
multimillonarias utilidades por cuenta de la represión de las manifestaciones
en Colombia y en el mundo. Los dueños de esa industria tienen a la vez
intereses en negocios como la venta de productos lácteos o la calificación de
riesgos en países como el nuestro.
El gas lacrimógeno es uno de los mejores negocios de esta época. A
pesar de que la Organización de Naciones Unidas clasifica el gas lacrimógeno
como un arma química, los poderosos intereses detrás de esta industria han
logrado que su producto estrella se comercialice a nivel mundial como “arma no
letal”
La mayor productora de gas lacrimógeno es una empresa llamada Combined
Systems Inc. La compañía funciona en Jamestown, un pacífico pueblito con menos
de 700 habitantes en Pensilvania, Estados Unidos.
De acuerdo con su página oficial su negocio es la “fabricación y suministro
de municiones tácticas y dispositivos de control de masas a las fuerzas
armadas, la policía, las autoridades carcelarias y las agencias de seguridad
nacional en el mundo entero”.
La compañía es una máquina de hacer dinero. Cuanto peor le vaya al mundo,
mejor le va a ellos. Un reciente estudio adelantado por la profesora Anna
Feigenbaum de la Universidad de Bornemouth en Gran Bretaña, prueba que durante
los períodos de crisis económica se disparan los gastos antimotines.
El periodista Marcelo Justo hizo un completo reporte para BBC Mundo que
muestra, entre otras revelaciones, el ejemplo de España. Mientras el gobierno
de Rajoy recortó el presupuesto de 2013 en casi todas las áreas, empezando por
salud y educación, hubo un aumento de 17 veces (!) en el renglón de
‘antidisturbios’. Los fondos pasaron de 173.000 euros a más de tres millones.
Colombia es un gran comprador de Combined Systems. De acuerdo con una
publicación de Source Watch los principales clientes de la compañía fabricante
de gas lacrimógeno son en su orden: Estados Unidos, Israel, Egipto, Colombia y
Yemen.
En el año 2007, se registraron 800 protestas en Colombia. El 26 de
diciembre de ese año -en medio de las celebraciones de navidad y año nuevo- el
gobierno de entonces firmó a través de la Policía Nacional un contrato con los
representantes locales de Combined Systems por US $2.262.936.
El objeto del contrato es la compra de granadas de gas, armas lanzagases y
otras municiones antimotines. Quien firmó el contrato como directora
administrativa y financiera de la Policía fue la entonces coronel Luz Marina
Bustos Castañeda, hoy subdirectora general de la institución. La coronel Bustos
ahora es general y con su firma ese contrato ha sido extendido y adicionado,
hasta nuestros días, en cantidades multimillonarias.
Una de esas adiciones deja ver cuánto le cuesta cada disparo antimotines a
los contribuyentes colombianos. Por cada granada de humo blanco pagamos
$43.880. Cada cartucho de gas nos vale $27.183.
Otro contrato, esta vez del Fondo Rotatorio de la Policía, indica que
Colombia le compró a Combined Systems fusiles lanzagases por $242.604.960.
Los principales
accionistas de Combined Systems son Point Lookout Capital Partners y The
Carlyle Group. El grupo Carlyle es un conglomerado empresarial con múltiples intereses que
van desde la banca internacional hasta la tecnología agropecuaria con Syangro
Technologies, pasando por la producción de leche en la India con Tirumala
Milk. Carlyle es dueño también de la calificadora de riesgos Duff and
Phelps que evalúa la seguridad de las inversiones en países como Colombia.
Nuestro país es magnánimo con los conglomerados que explotan nuestros
recursos y nos venden lo que no necesitamos en desarrollo de las ‘bondades’ del
TLC. Al mismo tiempo es avaro con los campesinos que producen alimentos, severo
con quienes se atreven a protestar y generoso con los vendedores de
instrumentos para la represión.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario