Por estos días podemos mirar a través de ventanas de cristal, periódicos, noticias, radios, un pueblo en lucha. Al parecer esas mismas ventanas nos impiden, de alguna forma, sentir a ese ser que hoy bloquea vías, quema llantas, que marcha y grita, exige que la vida no es solo para los extranjeros, que la vida no es solo para los señores de tez blanca y corbata.
Será que si pensamos y nos concentramos lo suficiente en ello, vendrán a nosotros recuerdos de montañas, cultivos de café, maíz, arroz; veredas y fincas esparcidas en montañas, café endulzado con aguapanela, fogones de leña, sancochos y gallinas. Será que recordamos cuando encontrábamos naranjas o guayabas, que por ellas trepábamos árboles, y recordamos que las comíamos a escondidas en orillas de ríos, que mientras hacíamos esto se nos escapan sonrisas y aventuras.
Pero sobre todo será que recordamos a la tía, abuela, el papito, primo, campesinos, indígenas, afros, que hace posible ese mundo: su sencillez en la palabra, su noble modo de vivir la vida, de cuidar las plantas, los animales, su humilde y digna forma de compartir un plato de comida, sus largas jornadas de trabajo y dolores curados con medicinas que no se parecen en nada a las nuestras. ¿Recordamos sus angustias por la guerra? que en el mejor de los casos los desplaza de sus tierras, ¿Pensamos en la distancia que recorren para llegar a sus escuelas? ¿En las invasiones de evangélicos y curas imponiéndoles cruces y pecados y la injusta forma de vivir a la que han sido condenados?... han sido olvidados por los señores de traje y corbata, por los señores de riquezas y avaricias inmorales.
Este es el campesino que hoy ha bajado a las carreteras, bloqueando vías, exigiendo que le paguen lo justo y sin intermediarios por los alimentos que cultiva, y que comemos todos, ; exigen que se les garantice la permanencia en el territorio y poder cultivar sus semillas como siempre lo han hecho, exigen la no importación de alimentos, el reconocimiento de la pequeña y artesanal minería, rechazan la entrega de la tierra a las multinacionales y a los grandes empresarios. En últimas hoy los campesinos están exigiendo el respeto de su derecho a vivir a su modo y con sus formas y que el Estado tiene que ser el responsable de garantizar la vida para todos. Son esto los campesinos y las razones por las que hoy luchan y por las que han sido golpeados, maltratados, detenidos y condenados por las noticias,¡no dejemos que nos confundan Caracol ni RCN, y demás medios masivos de comunicación!
A este Paro Agrario se le han sumado otros colombianos organizados, con nombres colectivos, con exigencias como que la gasolina y el ACPM bajen de precio y que la salud no se resuelve dando vía a que se edifiquen grandes emporios y corporaciones dispuestas a enriquecerse con los dolores del pueblo.
Como estudiantes le proponemos a la comunidad universitaria que es el momento de levantar puentes de solidaridad a todas estas luchas, de salir a las calles, hacer marchas y mítines, con la firme intención de darle una mano al hermano campesino, minero, transportador y trabajador de la salud, esta es la forma de apoyarlos, de sentirlos. Es el momento de poner la educación al servicio del pueblo.
Saludamos y apoyamos todas estas luchas, porque sabemos que en ellas está el pueblo, el vecino, el amigo, el compadre, el parcero, exigiendo lo que es de todos.
¡¡VIVA EL PARO NACIONAL AGRARIO Y SOLIDARIO!!
A ESTUDIAR Y A LUCHAR
PROCESO NACIONAL IDENTIDAD ESTUDIANTIL
QUE VIVAAAA!!!
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