Nuestro fraterno saludo al pueblo colombiano, esperando que este nuevo año esté lleno de victorias y avances en nuestra construcción de sociedad más justa. Sabemos sin embargo, que en este camino encontraremos muchas dificultades, pero estamos totalmente convencidos que frente a la unidad y lucha del pueblo, no existe fuerza que pueda detenerle.
El Estado colombiano en cabeza del gobierno de Juan Manuel Santos, han acelerado la denominada locomotora minero energética. Con exenciones de impuestos y subsidios a las grandes empresas nacionales y extranjeras para entregarles los recursos estratégicos de la nación acentuando el despojo. Con los recursos del Estado, que en última instancia son la materialización del sudor y trabajo del pueblo colombiano, se termina pagando la explotación de nuestros propios recursos, quedando como resultado, devastación, pobreza, represión y contaminación en nuestros territorios.
Hoy no cesa el saqueo de más de 30 años. La explotación de Caño Limón en Arauca, el agotamiento del Campo Cusiana en Casanare, y la actual voracidad en el Meta sobre Campo Rubiales, son el ejemplo de la miseria y pobreza que se alza sobre estas regiones, luego de las promesas de los distintos Gobiernos que vociferan desarrollo, empleo y bienestar. Estas mismas regiones que han generado tanta riqueza para las petroleras hoy tienen un sector agropecuario estancado, las fuentes hídricas envenenadas, pueblos ancestrales al borde del exterminio y esquemas laborales precarizados y tercerizados.
En el departamento de Arauca se vienen desarrollando 23 contratos de exploración y 6 de producción petrolera (cerca de 500 pozos). En Casanare son 83 contratos de exploración y 50 de producción. Por su parte, el departamento del Meta es actualmente el mayor productor de crudo del país, con un promedio de 500 mil barriles diarios –provenientes de los 65 pozos en explotación-, los cuales representan cerca del 50% de la producción nacional.
Por otra parte, ya se han hecho públicas las intenciones de explotar hidrocarburos no convencionales en Macaravita y otros municipios de la provincia de García Rovira en el departamento de Santander por parte de Pacific Rubiales.
En el municipio de Toledo (Norte de Santander) se está construyendo la infraestructura para explotar el pozo Magallanes, a la orilla del rio Cubujón, mientras en la isla del Charo (Arauca), se proyecta implementar el pozo Berilo, que afectará la principal despensa agrícola de ese departamento.
En el departamento de Vichada, además de la problemática generada por la acumulación de tierras para proyectos madereros y de producción de agrocombustibles, ya se han entregado varios millones de hectáreas a petroleras como BHP Billiton y Exxon Mobil, entre otras. Dichas empresas iniciaron actividades de exploración desde el 2010, las cuales se han desarrollado dentro de los territorios indígenas, ya que el Vichada es habitado mayoritariamente por pueblos ancestrales.
Pero estas problemáticas no sólo se dan en zonas periféricas del país, a escasos kilómetros de Bogotá y en pleno corazón del sistema Chingaza, se realizan exploraciones de hidrocarburos no convencionales, afectando el ecosistema que soporta la oferta hídrica de más de 9 millones de personas. En Boyacá también se realizan actividades de exploración de hidrocarburos en ecosistemas frágiles y estratégicos como el lago de Tota y el páramo de Pisba.
Ante este panorama el pueblo se ha levantado y al decidir no tolerar más las injusticias sociales, se ha estrellado con el muro de la represión. Tal es el caso de Álvaro Salón Archila, indígena U’wa asesinado luego de oponerse a la explotación petrolera en Casanare; Héctor Sánchez, Campo Elías Ortiz y Dilio Naranjo, líderes del departamento del Meta que al protestar contra Pacific Rubiales, hoy se encuentran presos; también Ernesto Roa y Pedro Carrillo, quienes al alzar su voz de protesta contra la Occidental de Colombia en Arauca, recibieron como castigo el encierro por parte del Estado.
Otras experiencias de resistencia también han dado frutos en favor del pueblo. Tales son los casos de las luchas que vienen dando las comunidades de Tauramena (Casanare) quienes mediante el mecanismo de consulta popular rechazaron tajantemente el proyecto de sísmica denominado odisea 3D. En el departamento del Meta las comunidades indígenas y campesinas en medio de la represión adelantaron la Audiencia de juzgamiento contra las petroleras Pacific Rubiales y Oxy. En la laguna de Ortices, (Mpio. San Andrés, provincia García Rovira) la comunidad se organizó y movilizó en oposición a la explotación del proyecto Sísmico Línea Transandina 4B 2D/ 09 para la búsqueda de hidrocarburos y otros minerales. En Arauca el pueblo históricamente ha mantenido una movilización en defensa del territorio y contra el saqueo del petróleo; en enero y febrero de 2013 se llevó a cabo una jornada de movilización con bloqueos a las principales infraestructuras (Caño Limón, Cari Care, Banadías y oleoducto Bicentenario) y en octubre pasado se celebró el Cabildo Abierto por la Defensa de la Laguna del Lipa. Estos son ejemplos de defensa de la soberanía nacional, ejercidos por el pueblo.
El pueblo del centro oriente de Colombia y de toda la nación es más grande que el miedo que el Estado ha tratado de imponer. Como pueblo debemos entender que el 2014 debe ser un año de permanente alerta y movilización, por una nueva política minero energética, la reducción del 50% al precio final de los combustibles, reversión de los TLC firmados por Colombia, el respeto a la autonomía de los pueblos ancestrales y el saneamiento y ampliación de sus resguardos y territorios colectivos, por garantías para el ejercicio del sindicalismo y la protesta social. Éstas serán algunas banderas que nutrirán las luchas sociales y populares de las que el país será testigo este año.
¡¡¡ POR UNA COLOMBIA LIBRE Y SOBERANA. UNIDAD Y LUCHA!!!
MOVIMIENTO POLÍTICO DE MASAS SOCIAL Y POPULAR DEL CENTRO ORIENTE DE COLOMBIA
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